En 1993, México participó por primera vez en la Copa América como invitado especial. A pesar de no ser parte de la Conmebol; inlcuso lograron llegar hasta la final.
En la década de los 90, México buscaba una mayor presencia en el fútbol en el plano internacional. La Copa América, el torneo de selecciones más antiguo del mundo, se presentaba como una buena oportunidad para elevar su nivel de la selección mexicana de futbol mas su respectiva derrama económica.
Sin embargo, a México no le correspondia jugar en dicha zona, sino en la CONACAF; las plazas para participar estaban reservadas principalmente para las selecciones sudamericanas.
En una entrevista con David Faitelson, Emilio Maurer, ex directivo de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) recurrió a métodos cuestionables para obtener una invitación. Se descubrió que lujosos relojes Rolex fueron ofrecidos a miembros clave de la Conmebol, la confederación que organiza la Copa América, junto con otras formas de soborno, incluyendo fiestas extravagantes.
