Culiacán, Sinaloa.- La elección judicial recientemente celebrada en México ha dejado al descubierto una realidad que no puede ser ignorada: la participación ciudadana fue prácticamente nula, con casi el 90% del padrón electoral ausente, declaró Paola Gárate Valenzuela, delegada federal del PRI en el noroeste y norte del país, este nivel de abstención no es signo de apatía, sino de un rechazo frontal a un proceso impuesto y carente de legitimidad democrática.
“Cuando el pueblo calla de esta forma, no es por indiferencia: es por rechazo. Rechazo a una farsa disfrazada de democracia, rechazo a una estructura que simula devolver el poder al pueblo, pero le niega la información y el contexto para ejercerlo con libertad”, afirmó la delegada.
Gárate Valenzuela también subrayó que los votos nulos superaron por sí solos a cualquier aspirante a la Suprema Corte, lo que demuestra una resistencia activa por parte de la ciudadanía. “No fue una elección, fue una advertencia”, sentenció.
El proceso, plagado de desinformación, boletas extensas, nombres desconocidos y mecanismos de coacción, dejó más dudas que certezas. A esto se sumaron denuncias por violencia, casillas cerradas y acarreos, lo cual pone en entredicho cualquier afirmación de que se trató de una jornada ejemplar.
“El ausentismo fue la mayor fuerza política del día. El mensaje de la ciudadanía fue claro: no convalidó esta simulación. Y no se puede construir legitimidad sobre el vacío”, concluyó Gárate Valenzuela.
Desde la delegación del PRI, se hizo un llamado urgente a reflexionar sobre el rumbo institucional del país: “Hoy más que nunca, toca elegir entre la independencia del Poder Judicial o su sometimiento absoluto. Entre defender la República o permitir su desaparición silenciosa.”
