
Estados Unidos.- El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó que los mexicanos Kevin Gil Acosta, conocido como ‘el 200’, Martín Zazueta Pérez, alias Piyi, y Leobardo García Corrales, alias Leo, a quienes identifica como líderes en el Cartel de Sinaloa, fueron acusados de tráfico de fentanilo y delitos relacionados con armas.
Según la acusación, Gil Acosta y Zazueta Pérez eran líderes del aparato de seguridad de los Chapitos, como se conoce a los hijos de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, cofundador del Cartel de Sinaloa, que cumple cadena perpetua en Estados Unidos.
Indica además que Gil Acosta se desempeñó como líder de un grupo de sicarios encargados de proteger los laboratorios de fentanilo y las rutas de distribución de los Chapitos, y traficaba personalmente con esta droga fabricada en esos laboratorios.
Zazueta Pérez fue responsable de brindar seguridad en el estado de Sinaloa, incluso protegiendo las operaciones de fentanilo de los Chapitos mediante secuestros, torturas y asesinatos con ametralladoras y otras armas, asegura el Gobierno de Estados Unidos.
En concreto, durante esa operación, Gil Acosta lideró a sicarios armados con fusiles AK-47, M-16 y AR-15 y Zazueta Pérez, con un AR-15 y un lanzagranadas, en los ataques contra estos.
El 17 de octubre de 2019 se desataron enfrentamientos en Culiacán, Sinaloa, tras la detención de Ovidio Guzmán López, quien finalmente fue liberado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador por razones de seguridad.
El 5 de enero de 2023, Guzmán López fue detenido en un operativo en Jesús María, a las afueras de Culiacán, y finalmente extraditado a Estados Unidos. El pasado 11 de julio, Ovidio, conocido como “El ratón”, se declaró culpable en un tribunal de Chicago como parte de un acuerdo de cooperación con la justicia estadounidense. La audiencia en la que se definirá su sentencia está prevista para enero de 2026.
Su hermano Joaquín Guzmán López, quien se encuentra preso Chicago, también busca negociar un acuerdo con el gobierno estadounidense. Llegó a ese país el 25 de julio de 2024, en un avión procedente de México y en el que llevaba, presuntamente secuestrado, a Ismael “El Mayo” Zambada. Desde entonces la facción de “Los Chapitos” y “La Mayiza” libran una sangrienta guerra en Sinaloa que, según medios locales, ha dejado casi 1,800 muertos. Sus hermanos Iván y Alfredo Guzmán Salazar, siguen prófugos en México.
Acosta, de 35 años; Zazueta Pérez, de 29, y García Corrales, de 55, fueron acusados en concreto de un cargo de conspiración para importar fentanilo, que conlleva una pena mínima obligatoria de 10 años y cadena perpetua.
Un segundo cargo cada uno de posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos, con una sentencia de entre 30 años y perpetua y otro de conspirar para poseer ametralladoras y dispositivos destructivos, que conlleva la máxima condena.
(Con información de EFE y Aristegui Noticias)