
Sinaloa.- Investigador y especialista de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas (FCQB) de la Universidad Autónoma de Sinaloa, dio a conocer que el virus del papiloma humano (VPH) continúa siendo uno de los principales agentes causales del cáncer cérvico uterino, una enfermedad que cada año cobra la vida de medio millón de mujeres en el mundo y en el caso de Sinaloa; precisó que la incidencia oscila entre 15 y 20 muertes por cada 100 mil mujeres, lo que representa un problema de salud pública que debe atenderse con diagnóstico oportuno y tratamiento integral.
El doctor José Guadalupe Rendón Maldonado explicó que, desde la década de los noventa, se ha identificado la participación del VPH en el desarrollo de este tipo de cáncer, y que actualmente se conocen más de 200 genotipos del virus, de los cuales alrededor de 40 afectan al ser humano. De ellos, destacó que solo unos cuantos representan un alto riesgo oncogénico, principalmente los genotipos VPH 16 y VPH 18, directamente asociados con el cáncer cervicouterino; “los de bajo riesgo solo causan verrugas, pero los de alto riesgo son los que pueden generar lesiones malignas si no se atienden”, señaló.
Rendón Maldonado explicó que, en los estudios realizados en el estado, una tercera parte de la población, tanto hombres como mujeres, ha resultado infectada por alguna variante del virus, y subrayó que la reinfección constante entre parejas es una de las causas más relevantes en el desarrollo del cáncer.

“El problema es que se trata a la mujer, pero si no se atiende al varón, la vuelve a infectar, y esa recurrencia acelera el proceso oncogénico”, explicó. Además, agregó que, en el caso de los hombres se recomiendan tratamientos tópicos, mientras que, en las mujeres, si ya existen lesiones, deben realizarse procedimientos como la cauterización.
El especialista en patología experimental advirtió que la mayoría de las infecciones por VPH son asintomáticas, lo que retrasa el diagnóstico y agrava los casos. Por ello, exhortó a las mujeres a realizarse estudios periódicos, y recomendó que, si se detecta el virus, se identifique el genotipo específico y se brinde atención tanto a la paciente como a su pareja sexual.
Subrayó la importancia de incorporar metodologías de biología molecular en los sistemas de diagnóstico del sector salud, para mejorar la detección y prevención del VPH. También recordó que las vacunas disponibles en México ofrecen protección frente a los genotipos 16, 18, 6 y 11, aunque insistió en la necesidad de evaluar su efectividad frente a las variantes identificadas en la entidad.