
Culiacán, Sinaloa.- Investigador de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas (FCQB) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), ofreció la charla “Uso seguro de medicamentos y farmacovigilancia” durante el simposio MedSafetyWeek 2025, organizado por los Servicios Públicos de Salud IMSS-Bienestar; en su intervención el doctor Lorenzo Ulises Osuna Martínez, señaló la importancia de fortalecer la cultura de vigilancia y reporte en torno a los medicamentos, especialmente en un contexto donde la Inteligencia Artificial comienza a incorporarse a los procesos hospitalarios.
Explicó que, en los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha adquirido gran relevancia dentro del sector salud, motivando a especialistas a explorar cómo esta herramienta puede optimizar procesos clínicos. Recordó que su participación surgió en un evento académico realizado en el Hospital General, donde abordó los beneficios, oportunidades y retos que representa la integración de estas tecnologías para mejorar la atención y los resultados en pacientes.

Osuna Martínez, también miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII), comentó que la IA contribuye a agilizar el manejo de información y permite obtener perspectivas que, en ocasiones, no son visibles de manera inmediata para el personal médico o farmacéutico. Añadió que estas herramientas ofrecen la posibilidad de realizar análisis más amplios, facilitando dictámenes o decisiones mejor fundamentadas dentro del ámbito hospitalario.
Sin embargo, advirtió que la aplicación de la IA en salud aún enfrenta desafíos éticos y regulatorios y comentó que México no ha avanzado lo suficiente en materia normativa para su uso clínico, lo que abre interrogantes sobre la responsabilidad en caso de errores, el respaldo de instituciones como Cofepris y la protección de los datos confidenciales de los pacientes y subrayó que estos aspectos deben atenderse antes de implementar sistemas automatizados a gran escala.
El doctor Lorenzo Ulises Osuna Martínez concluyó que la Inteligencia Artificial no debe verse como una amenaza, sino como una herramienta que, usada de manera ética y responsable, permitirá reforzar la labor profesional en beneficio de la salud pública.